Cabe preguntarse si aun en el caso de empresas de menor tamaño, la sociedad chilena se puede permitir éticamente que la supervivencia de éstas se haga condenando a sus trabajadores y especialmente trabajadoras, a vivir bajo el umbral de la pobreza e hipotecando el capital intergeneracional, pues los déficits de ingresos familiares obligan a los jóvenes prematura y escasamente preparados, a insertarse a un mercado laboral que también los precariza.
En el caso específico del salario mínimo, la economía básica indica que su imposición dificulta la búsqueda de empleo por parte de trabajadores poco calificados, aumentando las tasas de desempleo en estos trabajadores.
El artículo muestra las condiciones bajo las cuales el sector público puede mitigar potenciales efectos negativos de incrementos en el salario mínimo legal.
Los actuales indicadores del mundo del trabajo y las propuestas que delineamos para mejorarlo, nos revelan lo lejos que estamos en Chile de avanzar hacia un modelo económico y laboral verdaderamente justo.
Destacamos en esta séptima edición el artículo “Salario mínimo y productividad: una relación con miras al bienestar social” de Lucas Navarro y Mauricio Tejada.
Error: Formulario de contacto no encontrado.