Ad portas de obtener su tercer doctorado, Nicolás Barrientos Oradini se une al plantel de la FEN. Con una prolífica trayectoria como académico e investigador, sus áreas de interés son amplias, entre las cuales está el estudio del comportamiento humano aplicado a la Administración: “La habilidad más importante para la toma de decisiones es la divergencia. Y eso, para el administrador del Siglo XXI es clave”, asegura en esta entrevista con la que le damos la bienvenida a la UAH.
El término de su Educación Media -Liceo de Aplicación, 2001- lo coronó con éxito en las pruebas de admisión a la Educación Superior: “En el puntaje ponderado Verbal y Matemáticas obtuve muy buen puntaje. Me faltaron muy pocas preguntas para ser puntaje nacional”. Y optó por la carrera de Administrador Público de la Universidad de Santiago de Chile, USACH (Licenciado en Ciencias de la Administración Pública, USACH,2007) porque: “Quería dotarme de habilidades para poder tomar buenas decisiones”. Así recuerda Nicolás Barrientos su ingreso a la vida universitaria, quien a contar de este semestre se incorpora al plantel de la FEN. Su formación académica es fecunda, por decir lo menos, al igual que su producción de artículos. Solo por mencionar algunos de sus grados académicos y estudios de postgrado: Ph.D. in Business Administration, Cass European Institute of Management Studies, Francia, (2018) y Philosophiae Doctor en Administración de Empresas, Unversidad Central de Nicaragua (2019), Magíster en Dirección Estratégica de Empresas (MBA), Universidad Europea Miguel de Cervantes y Escuela de Negocios y Dirección, Valladolid y Madrid (2019), Magíster en Educación (2014), Máster en Investigación y Magíster en Gobierno y Gerencia Pública de la Universidad de Chile (2012). Ahora, está en proceso de culminar su tercer Doctorado con Mención Internacional, esta vez en Salud, Psicología y Psiquiatría, de la Universitat Rovira i Virgili, Cataluña, España; también es ingeniero Comercial, titulado de la Universidad de Artes, Ciencias y Comunicación, UNIACC (Licenciado en Ciencias de la Administración de Empresas, UNIACC, 2020). Ha escrito 4 libros y más de 70 artículos indexados en distintos niveles, pero: “Mi idea es mejorar mi índice, eso es una meta personal: mejorar la productividad”, asegura.
Se define como: “Una persona que me cuestiono todos los fenómenos que veo, lo único que no cuestiono es la fe que tengo, porque soy profundamente creyente, pero soy una persona divergente que duda y cuestiona todo para encontrar respuestas”. Su trayectoria laboral ha estado enfocada, principalmente, en el ámbito de la Educación Superior, trabajando en distintas universidades del país, ocupando importantes cargos y ejerciendo también como académico, recibiendo incluso galardones como mejor docente del Magíster en Finanzas Aplicadas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello en 2022, y de la Escuela de Administración y Negocios de la Universidad Miguel de Cervantes en 2018. Fue par evaluador en el área de Administración y Comercio desde 2015 a 2019, participando en más de 20 procesos de acreditación de pre y post grado. Desde junio, 2022 a la fecha es par evaluador de la Comisión Nacional de Acreditación, en el área de Ciencias Económicas y Administrativas:
¿Por qué elegiste el área de la Administración?
Quería dotarme de habilidades para poder tomar buenas decisiones, y bueno, al final igual tenía razón. Nosotros, de una u otra manera, enseñamos a tomar decisiones bajo contexto de incertidumbre, con menos o más información, pero tomamos decisiones. Eso es a lo que vienen los muchachos y las muchachas: a estudiar Administración. Los que estudian Administración, estudian técnicas, modelos, disciplinas y ciencias que les ayudan a tomar buenas decisiones para las organizaciones, entendiendo que la Administración se aplica a todos los sectores industriales.
Estás próximo a finalizar tu tercer doctorado, esta vez en Salud, Psicología y Psiquiatría: ¿es el camino que tenías que seguir para profundizar en el área?
Es que empecé a investigar en los primeros doctorados sobre comportamiento organizacional, funcionamiento de las organizaciones, estrategia, gestión, pero faltaba comprender fenómenos humanos. Yo había entendido parte del fenómeno de la administración del comportamiento grupal o de equipo, pero faltaba estudiar y analizar el comportamiento individual, que al final determina el comportamiento de grupo o de avance de grupo a equipo. Entonces, esa racionalidad individual había que estudiarla a fondo y para eso hice este doctorado y ahí estoy, graduándome por compendio de artículos. Ya hay dos artículos publicados, y los restantes en proceso para terminar la Tesis.
¿Podemos comentar algunos?
Sí, en el 2022, publiqué 2 artículos en la revista Frontiers in Psychology. Se hizo una investigación empírica, con base de datos de 5.000 personas de Colombia, España y Portugal, a partir de un modelo de regresión lineal para explicar el comportamiento de dos variables causales: la orientación emprendedora y la probabilidad de iniciar nuevos negocios, con dos variables moderadoras: una es curiosity o curiosidad y la otra grit, que no tiene traducción literal en español, pero es algo así como pasón y perseverancia. Lo que se hizo fue construir un modelo para saber cuánto más iba a aumentar la probabilidad de iniciar un nuevo negocio, en personas con orientación emprendedora y si, además la persona tenía curiosidad en un caso o perseverancia en el segundo caso.
¿Cuáles fueron las principales conclusiones?
Las estadísticas del modelo son súper impresionantes. Son más o menos similares, porque en los dos casos aumenta entre un 30% y 40% la probabilidad de que una persona inicie un nuevo negocio, en cada uno de los factores. Esos artículos se publicaron en el 2022. Ahora vienen los dos últimos artículos, que ya están aceptados en una revista; son estudios cienciométricos, es decir, cuáles son las relaciones de estudio de la ciencia y de revisión con un software bibliométrico y cienciométrico, que permite estudiar todo lo relacionado, primero con orientación empresarial, curiosidad y probabilidad de iniciar nuevos negocios y orientación empresarial o perseverancia y probabilidad de iniciar nuevos negocios, o sea cuánto se ha investigado, cuáles son las pruebas científicas, quiénes han investigado, en qué países y en qué grado.
También has trabajado en agencias de acreditación de la Educación Superior ¿Cómo ha sido esta experiencia?
Sí, soy par evaluador. Desde el año 2015 al 2018 en la Agencia Aespigar, participé en unos 20, 25 procesos de acreditación de distintas universidades. Luego, después de la reforma, me seleccionaron como par evaluador de la Comisión Nacional de Acreditación, en el área de Ciencias Económicas y Administrativas. Desde el 2022 hasta el día de hoy; ya he participado en 2 procesos de Postgrado. Con estas experiencias, uno puede comprender la complejidad de una institución de Educación Superior de una manera holística y evaluarla de acuerdo con ciertos criterios preestablecidos.
Tu trayectoria laboral la has enfocado hacia la academia ¿Qué te motiva a seguir este camino?
Elegí la carrera académica, porque siempre me ha gustado estudiar y en este mundo hay que estar permanentemente actualizado, porque la ciencia avanza a una velocidad en la que se actualiza más rápido el conocimiento, de lo que nosotros somos capaces de investigar. Entonces, obviamente, uno debe estar preparándose, estudiando. Y lo segundo, es que me gusta mucho la docencia, pero al mismo tiempo, me gusta que esa docencia tenga un impacto; no me gusta repetir lo de otros solamente, también descubrir cosas que permitan impactar en el funcionamiento de las personas, de las organizaciones, donde se afectan vidas en general, además de mi talento y habilidades; de hecho, me han dado premios como mejor profesor en varias universidades. La investigación también es una motivación, porque el académico actual tiene que hacer funciones de docencia, de investigación y de vinculación con el medio. Si el conocimiento queda encerrado en la universidad y se traspasa a los estudiantes, es una parte, pero también tiene que salir al medio, por ejemplo, toda esta investigación sobre variables que modelan o determinan el emprendimiento podrían utilizarse para emprendimientos pequeños en Santiago o en regiones pequeñas o en políticas públicas de fomento al emprendimiento. Y los estudios de comportamiento humano, permiten entender también, cómo las personas funcionan en las organizaciones de manera de hacer su trabajo mejor.
El estudio del comportamiento humano aplicado a la Administración, ¿es nuevo?
No es tan nuevo. La Administración es una ciencia ecléctica y en su evolución histórica, viene esta escuela humanista o basada en el comportamiento humano de Elton Mayo, quien descubrió en los famosos experimentos de Hawthorne, que hay un factor difícil de aislar para entender el comportamiento de las personas en el trabajo, y es el factor psicológico. Y desde ahí, empezaron a haber un montón de investigaciones de grandes científicos, que se detuvieron con el avance de otras escuelas de pensamiento administrativo, como la Escuela Estratégica, pero a principio de la segunda década del Siglo XXI comienzan a fusionarse, cosa bastante extraña, estudios de comportamiento psicológico con estudios de comportamiento económico. Gente que estudiaba el comportamiento económico empezó a preguntarse: ¿por qué en algunas situaciones las personas no se comportaban de manera racional económicamente? El profesor Richard Thaler – que ganó el Premio Nobel de Economía 2017 -, advirtió este fenómeno. Eso lo declara en su libro “Portarse mal”, cuando los estudiantes de cuarto año de Economía reclamaban por su escala de notas y él cambia la escala, pero con las mismas proporciones, es decir, un engaño matemático, algo bastante sencillo de darse cuenta, y los estudiantes no se dieron cuenta, se sintieron felices, entonces, se preguntó: cómo engaño de manera tan fácil a estudiantes de cuarto año de Economía, algo debe pasar que algunas decisiones que se toman no están afectadas solamente por el análisis costo- beneficio, es decir, análisis costo beneficio y el homus economicus (es la economía clásica), sino que, bajo ciertas circunstancias, factores emocionales pueden determinar que las personas tomen decisiones que podrían calificarse irracionales económicamente, pero que no son irracionales, sino que tienen lo que llamamos racionalidad acotada, un tipo de racionalidad especifica condicionada a las circunstancias. El punto es que el cerebro humano convive con una paradoja científica. Por un lado, el ser humano es el ser vivo más resistente al cambio, pero, por otro lado, es la especie que mejor se adapta al planeta y más tiempo ha durado en él. Entonces, estas dos situaciones: resistencia al cambio y permanencia de la especie se dan y funcionan porque el cerebro ha ido cambiando para evolucionar y sobrevivir como especie. Eso se expresa, en el sentido que a veces las personas toman decisiones irracionales para protegerse, defensivas. Hay decisiones que las personas tomamos, no porque sean irracionales, sino, porque hay factores psicológicos, emocionales o defensivos, en el cerebro, que nos dicen: ´no hagas esto, porque te puede pasar algo´.
Esto, obviamente, abre todo un campo de investigación. Antes se hablaba del recurso humano, ya no existe. Las personas no somos recursos, porque las personas toman decisiones, en contextos cada vez más volátiles e inciertos, en función de elementos de racionalidad. Dicho de una manera más sencilla: las habilidades gerenciales o directivas del siglo XX, ya no son las mismas del siglo XXI, porque el comportamiento humano es distinto y va a seguir cambiando, porque el cerebro va a seguir evolucionando hacia nuevas prácticas de autodefensa. Cómo se resuelve ese conflicto de manera que la persona vaya transitando de una racionalidad individual a una racionalidad administrativa u organizacional, es decir, que se adapte a los objetivos de la organización, esa es la base de la formación gerencial.
Mencionaste que las habilidades gerenciales del siglo XX no son las mismas que las del Siglo XXI
El profesional que estudió en el siglo XX – y me incluyo- aprendimos ciertas técnicas que algunas tienen que modificar. Y eso, es entender que las personas no necesariamente actúan con la racionalidad económica todo el tiempo (es decir, no todo el tiempo están haciendo análisis costo-beneficio). Hay variables emocionales que pueden alterar la relación laboral, que determinados elementos del clima en un tipo de organización no son los mismos deseables para otro tipo de organización, que los esquemas de horario laboral o de estructura organizacional tienen que cambiar cuando necesitan otro tipo de personas.
¿Qué otra área de investigación te interesa?
Lo que no dejo de investigar, es la dinámica organizacional de las instituciones de Educación Superior, porque son instituciones complejas que involucran áreas en las que uno puede construir modelos de análisis, relación de calidad. Las revistas en el mundo publican esas experiencias, porque a otros países les interesa saber cómo funcionan los sistemas de Educación Superior: en algunos compiten, como en Chile; o cómo colaboran, en el caso de EE.UU. o ese falso dilema entre público y privado, cuál es el límite. Tengo artículos publicados sobre análisis de escuelas de negocios en Europa y universidades en Chile; son artículos de experiencias organizacionales comparadas, que buscan relaciones entre desempeño administrativo – financiero y años de calidad, entre otros.
¿Alguna conclusión que podamos compartir?
Hay varias conclusiones interesantes. En Chile, todo tiende a pensar que no estamos fomentando un modelo colaborativo, sino un modelo competitivo, mientras que, en los países desarrollados, con altos niveles de participación del mercado en el sector educativo, también con universidades privadas y estatales, tienden a generar políticas que fomentan la colaboración: las universidades grandes se hacen cargo de ayudar a las chicas para que suban, eso pasa en EE. UU y en Europa, aquí en Latinoamérica lamentablemente eso no pasa aún.
¿Te identificas con el espíritu de la UAH?
Estaba en búsqueda de un proyecto más identificado con mis propios valores, pero, al mismo tiempo, buscando tiempo protegido para investigar y hacer docencia de calidad. Y cuando uno tiene un cargo directivo, eso es poco compatible. Por eso, tomé la decisión de venir a la Alberto Hurtado cuando me dijeron que había un cupo. Y soy, declaradamente, una persona social cristiana. Y la Alberto Hurtado está inspirada en valores social cristianos. La Universidad tiene un lema, que es el bien común. Esa clásica discusión sobre si existe o no el bien común, la verdad no se si existe, pero sí creo que hay que buscarlo. Y eso tiene que ver con la integración, con el mejoramiento de las condiciones de calidad de vida. Eso da desarrollo a los países. Una sociedad inclusiva es una sociedad pacifica, una sociedad que otorga menos espacio a la delincuencia, a la corrupción, a la molestia social, a la rabia individual y al desencuentro; al contrario, promueve valores humanistas y también cristianos, como la solidaridad, la empatía, el respeto a la diversidad de cualquier naturaleza, como a la libre expresión de religiones, de fe, lo que es deseable para cualquier país que se va desarrollando. Y la Alberto Hurtado destaca valores social cristianos como los que comente, pero además es compleja, busca excelencia en la investigación y en la docencia, pero al mismo tiempo tiene su modelo institucional claramente determinado. Me identifico totalmente con el proyecto institucional y en el poco tiempo que llevo en él, también en su praxis.
¿Qué clases impartirás en la FEN?
A mí me contrataron en la línea disciplinar de comportamiento humano, gestión del talento y de personas. La Administración es ecléctica, se nutre a partir de distintas disciplinas. Y una de las líneas es el comportamiento humano, gestión de ese comportamiento humano, desarrollo y retención de los talentos. Hoy día las personas, los profesionales, que egresan de la universidad, no buscan estar en un empleo toda la vida, buscan lo que llamamos trabajo con sentido, y me incluyo, por lo mismo he pasado por varias instituciones buscando un sentido. Entonces, cual es la oferta de valor de las empresas que le dan sentido a quienes trabajan en ellas, no tan sólo a los clientes del grupo objetivo o target, sino a toda la cadena de stakeholders; cuando se estudia el comportamiento humano es para entender que el producto no es lo que yo vendo, sino, la experiencia de acceder a él y la necesidad que se satisface, por lo tanto, el bienestar que provoco en estas personas podría modificar la racionalidad, y como quienes se relacionan con esa oferta de valor se “contagian” de esa nueva racionalidad. Yo enseño esos distintos tipos de racionalidad y cómo estos distintos tipos de racionalidad conviven cuando la toma de decisiones se modifica y en el nivel en que se tome (nivel estratégico, táctico u operativo). Yo no busco “meter cosas en la cabeza de los estudiantes”, si no “sacar cosas de la cabeza de los estudiantes”. Las personas tienen talento natural y diverso. La tarea de los académicos en el ámbito docente es fomentar esos talentos y las distintas formas de aprender en una misma clase. Nosotros, los académicos, no debemos buscar estandarizar procesos de formación o educativos, sino diversificar el proceso educativo, que cada estudiante aprenda a su ritmo. Esa pega es de nosotros, que aprendan lo mismo a su propio ritmo y a su propia forma, porque todas las personas somos distintas, tenemos procesos neuronales, de aprendizaje y modo afectivo de vivir diversos.
¿Uno de tus objetivos entonces es fomentar el talento natural?
Fomentar el talento natural de las y los estudiantes a partir de distintas formas de aprendizaje individual o distintas formas de aprender o desarrollar ese talento, entendiendo de que todos tenemos que llegar a aprender un estándar, que conduce a una habilidad, que está dado por el currículum y los programas de cada asignatura, pero de distinta forma y con métodos variados, a eso lo llamamos: divergencia. La habilidad más importante para la toma de decisiones es la divergencia. Es la habilidad para poder reconocer o dar más de una respuesta al mismo problema. Y eso, para el administrador del Siglo XXI es clave: cuando soy capaz de encontrar más de una respuesta a una problemática, eso habla de mi capacidad de pensamiento divergente como tomador de decisiones.
¿Tus alumnos desarrollarán esto?
Los estudiantes van a tener que aprender eso a partir de casos para resolver, todo el tiempo. Espero desarrollar o mejorar o promover el desarrollo de habilidades que mejoren la toma de decisiones, comprendiendo la racionalidad de las personas, el comportamiento humano interorganizacional, cómo se comportan racionalmente los factores en un negocio en general (en el sector público o privado), cómo se comportan las personas intra organización y extra organización, cómo se comprenden las distintas formas de racionalización (individual, económica, organizacional), cómo actúa el ser humano en forma individual para adaptarse, primero al grupo, que después se transforma en equipo cuando comparte metas.
¿Y en términos de investigación?
Voy a continuar con mi agenda de investigación. Mi idea es mejorar mi índice, eso es una meta personal: mejorar la productividad. Y quiero involucrarme en estudio de casos para comprender la forma con la cual toman decisiones las autoridades de universidades; chilenas en primer término y después ir comparando realidades con otros países, cruzar datos para ver qué variables determinan la toma de decisiones que dirigen las universidades.
Has señalado que tu meta personal es mejorar tu productividad: ¿siempre estás en búsqueda de respuestas a fenómenos que observas?
Soy una persona que me cuestiono todos los fenómenos que veo. Lo único que no cuestiono es la fe que tengo, porque soy profundamente creyente, pero soy una persona divergente que duda y cuestiona todo, pero dudo y cuestiono todo para encontrar respuestas, no es un mero ejercicio de protesta. Es pensamiento crítico para buscar respuestas que ayuden a mejorar la convivencia social. Por eso me hice académico, como alternativa hubiese ido a trabajar a empresas o al Estado, pero no, porque la relación directa con jóvenes que van a liderar procesos, que después uno no va a ver, implica la felicidad y la felicidad es desarrollo espiritual, la felicidad pura es cuando uno hace algo que no va a disfrutar. Se dice que cuando un hombre planta un árbol, del cual no va a disfrutar su sombra, vive en una sociedad feliz, porque esa persona está haciendo algo para otros. Bueno, en Educación pasa algo así. Nosotros formamos personas que van a vivir en el mundo que probablemente nosotros no vivamos, pero que queremos que sea mejor.
Administración de empresasCNAComportamiento HumanoDeptoGestioninstituciones de educación superiorNicolás Barrientos